En el planeta hay más de trescientos cuarenta y siete millones de personas con diabetes, conforme la OMS. Lejos de ser una nosología en recesión, se prevé que se hará poco a poco más prevalente: de esta forma, para el año 2.035, se estima que van a ser quinientos noventa y dos millones los diabéticos del planeta. De esta manera, conforme estimaciones de la OMS, la diabetes va a ser la séptima causa de muerte en 2.030.
Aparte de no generar suficiente insulina, esta nosología tiene múltiples y también esenciales inconvenientes asociados: puede complicar el control de la presión arterial y del colesterol, ciertos nervios del cuerpo pueden resultar dañados (ocasionando dolor, hormigueo y pérdida de sensibilidad), y, a consecuencia del azúcar alto en la sangre, se puede generar un daño en los riñones.
Asimismo están los inconvenientes del pie diabético, que puede desembocar aun en la amputación de esta extremidad, y por si fuera poco, los inconvenientes oculares. Una persona con un nivel de glucosa mal controlado puede presentar afectación en el nervio óptico, y esto podría desembocar en una ceguera.
Aparte de esta ocasional pérdida de visión, no es extraño que las personas diabéticas, manifiesten inconvenientes en la superficie del ojo. Si no controlan su glucosa como deberían, pueden padecer inflamación en la córnea, sequedad en el ojo, más desgastes en el epitelio corneal y, además de esto, tener una mayor incidencia de infecciones.
Teniendo presente que estos son unos inconvenientes parcialmente comunes entre los diabéticos, optimar la manera en que se manejan sería de suma importancia. Y justo en esto están en la Universidad de Santiago de Compostela. Un gran equipo, está a las puertas de embarcarse en un proyecto que pretende crear unas lentes para tratar el ojo diabético.
Se trata de dotar de actividad terapéutica a las lentes que por norma general se utilizan para corregir la visión, pues ya se han desarrollado, anteriormente, lentes que tratan infecciones, glaucoma, o bien alergias.
Con estas lentes de contacto, el paciente podría manejar, tanto sus inconvenientes de visión, como las complicaciones oculares que sufre a consecuencia de la diabetes. Para esto, se incorporan unas serie de medicamentos a la lente que dejarán reducir la progresión de estas nosologías.
¿Y de qué forma se logra esto? Las lentes son, realmente hidrogeles, una serie de entramados de polímeros. Son esos polímeros, los que se pretenden alterar a fin de que tengan una serie de conjuntos químicos que puedan captar el medicamento y cederlo después, cuando las lentes se pongan sobre la superficie del ojo.
De esta manera, la lente que se pondría la persona, debería haber sido anteriormente cargada con el medicamento en cuestión. Sobre si, pasado el tiempo, sería preciso recargarlo, va a depender del género de lente que se use (cada día, de un mes, etc).
Mas el proyecto, no consiste sólo en modificar unas lentillas corrientes, a fin de que tengan estas propiedades terapéuticas: la idea es ir al comienzo, y que el equipo se encargue asimismo de fabricar las lentes.
Estos fármacos, no serían otros que los que los diabéticos ya utilizan en forma de colirios. El inconveniente, es que, por esta vía, su tiempo de permanencia en la córnea es muy reducido. No obstante, la lente podría actuar como una plataforma capaz de liberar poco a poco el medicamento, y de esa forma, lograr niveles terapéuticos a lo largo de más tiempo.
Si bien el propósito de estas lentes sería, eminentemente, tratar las complicaciones superficiales del ojo diabético, lo mejor es que si estos inconvenientes se comienzan a corregir de forma temprana, las nosologías oculares internas asimismo se ven favorecidas.
Fuente: lentillasadomicilio